Que me folle la farmaceútica

Hola 3 amigo/as, hoy os escribo una entrada cortita.
Hace unos días, tuve cita con la dermatóloga. Lo que tenga en la piel no es lo importante. Lo importante es el sentimiento que me dejó el haber ido; y sobre todo, el que tuve después de salir de la farmacia para comprar lo que se me había recetado. Pues me sentí atracada, estafada y engañada. Sentí que la dermatóloga y el farmaceútico debían de ser primos y tenían un negocio montado a costa de la pobre ignorancia de la gente que no sabe que hacer con su piel escamosa y purulenta. Para empezar, lo que me recetaron no lo cubre ésta, nuestra querida y bien amada, seguridad social. No tengo muy claro que productos dermatológicos cubre y cuales no, pero visto lo visto, probablemente no cubra ninguno. La piel es  una cosa de "estética" para ellos, supongo. El producto recetado era demasiado caro, tanto que casi salgo llorando de la farmacia. Está bien, que las cosas hay que valorarlas y pagarlas, que lo que para mi es caro, para otro será barato o asequible...si, pero si cuando llegas a casa, abres el botecito y lo que hay dentro se asemeja mas al agua que a otra cosa; esa sensación de haber sido estafada/o estilo charlatán del salvaje oeste se transforma en la sensación que tienes cuando te toman por idiota. Te sientes tonta/o. Para nada piensas haber hecho una compra inteligente, además de empezar a creerte en serio la teoría de los primos. En cualquier caso, quiénes se creen que son....sólo porque todo lo que nos recetan nos lo tomamos sin rechistar debido a nuestra ingorancia ¿se creen que no nos vamos a dar cuenta del engaño? Pues no, hay que saber decir que no. Dentro de unas semanas, cuando el medicamento me haya hecho efecto (o me haya hecho el no efecto) sabré si me estaban engañando y si esa especialista y ese farmaceútico son de fiar. Y lo que es mas importante aún, sabré si son primos.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Nota: solo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.